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Después de haber sido asignado a Marco Basaiti por mucho tiempo, esta pintura es una de las obras maestras indiscutibles de Bellini. Lamentablemente lejos de ser un excelente estado de conservación (en parte debido a su traslado de la madera al lienzo en 1949) ha puesto en peligro la calidad de su composición de colores, especialmente en el grupo de la Virgen y el Niño .La imagen es una especie de síntesis de los dictados Bellinian, una altura inalcanzable de la unidad y de la poesía y significados metafóricos y religiosos, que el complejo cultural de Bellini, por un lado, y su profundidad emocional en el succed otros para llegar. Pocas obras, de hecho, tener un carácter altamente desarrollados doble, exigiendo por lo tanto, una comprensión y una interpretación que tengan en cuenta los diferentes niveles. Inequívoca es el lirismo conmovedor del paisaje, y su presencia enrarecido y límpido intensamente. Pero el cielo invadido por una luz serena y de forma indefinida, en contra de la transparencia de un azul profundo, los árboles peso de oro, los edificios elegantes limpio, el aire desprovisto de sonidos o de las perturbaciones, son también la representación ideal de la "quies" (la reconciliación espiritual, idílico o retiro ascético a la soledad) como el principio rector del concepto mariano. Tampoco hay que olvidar que si la Virgen se sienta en un terreno rocoso estéril es porque ella es una Virgen de la Humildad, si el verdor exuberante y minuciosamente descrito de una pradera se extiende a su alrededor es una alusión a la "hortus conclusus" de la Edad Media himnos, mientras que en el fondo otros atributos se refiere a ella se añade: la fortaleza en la colina, la puerta de entrada, el bien, las nubes (símbolo de la humanidad de Cristo y también de los misterios divinos), la lucha entre el pelícano y la serpiente .
1505
Oil on canvas, transferred from wood, 67 x 86 cm
National Gallery, London
