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miércoles, 21 de diciembre de 2011

la virgen maria madre de dios con el niño bendito y el arbol de naranjo CIMA da Conegliano b. ca. 1459, Conegliano, d. 1517/18, Conegliano

The greatest of the admirers of Antonello da Messina was Giambattista Cima da Conegliano who maintained the poetic purity of his predecessor's language which was characterized by groups of figures restfully disposed, by the purity of his line, by the airy clarity of his light and by the Spring-like freshness of his colour. Amongst the very finest works in all Cima's serenely poetic output was the 'Madonna of the Orange Tree', originally placed in the Church of Santa Chiara on Murano.
With trusting simplicity, the Virgin, seated on an outcrop of rock before the beautiful orange tree, offers the Child to the adoration of St Louis of France and St Jerome whilst in the background St Joseph looks after the ass which has carried the Holy Family to this secluded spot which bears all the signs of having been based on the gently rolling foothills of the Alps in the Veneto. Through the transfiguring strength of the light, which is as if filtered through the clearest of crystal, the idyllic serenity of the countryside and of the sentiments achieves a supreme integrity of expression.
 Madonna of the Orange Treec. 1495 Tempera and oil on panel, 212 x 139 cm Gallerie dell'Accademia, Venice


El mayor de los admiradores de Antonello da Messina fue Giambattista Cima da Conegliano, que mantiene la pureza poética del lenguaje de su antecesor, que se caracterizó por grupos de figuras tranquilamente dispuestos, por la pureza de su línea, por la claridad airosa de su luz y por la primaveral frescura de su color. Entre las obras más finas de la producción poética de serenidad todas Cima fue la 'Virgen de la Orange Tree', originalmente colocado en la iglesia de Santa Chiara de Murano.
Con sencillez confiada, la Virgen, sentada sobre un afloramiento de roca antes de que el árbol de naranja hermosa, ofrece el  Niño  a la adoración de San Luis de Francia y San Jerónimo, mientras que en el fondo de San José cuida el burro que ha llevado a la Sagrada Familia a este lugar aislado que tiene todos los signos de haber sido sobre la base de las colinas suavemente onduladas de los Alpes, en el Véneto. A través de la fuerza de la transfiguración de la luz, que es como si se filtra a través de la más clara de cristal, la serenidad idílica del campo y de los sentimientos logra una integridad suprema de expresión.
 Virgen de la Naranja Árbol de c. 1495  Temple y óleo sobre tabla, 212 x 139 cm  Gallerie dell'Accademia, Venecia