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miércoles, 13 de marzo de 2013

semblanza del juicio final de la capilla sixtina en el vaticano






Este fresco fue encargado por el Papa Clemente VII (1523-1534) poco antes de su muerte. Su sucesor, Pablo III Farnese (1534-1549), obligó a Miguel Ángel a una rápida ejecución de esta obra, el mayor fresco único del siglo. La primera impresión que tenemos cuando se enfrentan con el Juicio Final es el de un evento verdaderamente universal, en el centro se encuentra la poderosa figura de Cristo. Su mano derecha levantada obliga a las figuras en el lado izquierdo, que están tratando de ascender, que se hundió abajo hacia Caronte y Minos, juez del inframundo, mientras que su mano izquierda está llegando al pueblo elegido a su derecha en una irresistible corriente de la fuerza. Junto con los planetas y el sol, los santos rodean al juez, confinado en gran órbita espacial a su alrededor.