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viernes, 22 de agosto de 2014

san david galvan bermudez en parroquia de nuestra senora del rosario en el barrio del retiro en guadalajara jalisxo


David Galván nació en Guadalajara, hijo de José Trinidad Galván y Mariana Bermúdez. Ésta última moriría cuando su hijo tenía tres años de edad. Más tarde su padre volvió a contraer matrimonio y David quedó al cuidado de su padre, hermanos y su madrastra Victoriana Medina. Desde muy joven tuvo que ayudar a su padre en el taller de zapatería.
Cuando contaba con catorce años, ingresó en el Seminario del Señor San José para cursar la preparatoria, pero se marcharía en 1900 para volver a trabajar en un taller de zapatería, pediría la readmisión dos años después. Debido a su poca fidelidad, el prefecto general Miguel de la Mora lo sometió durante un año a pruebas rigurosas. Pero resultaba evidente que la personalidad de David se había apaciguado y sorprendió a sus examinadores por su dedicación a la oración mental y su constancia en soportar la adversidad.
fue ordenado el 20 de mayo de 1909 cuando contaba con 28 años y, se le confirmó como superior del mismo Seminario. Desde sus comienzos como sacerdote, se caracterizó por ayudar a los más pobres. Entre los muchos cargos que ocupó dentro del seminario, fue maestro del Seminario Diocesano, responsable de la cátedra de Latinidad, de la cátedra de Lógica y de la de Derecho Natural y Sociología. En esos mismos años, de 1909-1914, fue capellán del Hospital de San José y del Orfanatorio de La Luz, pero su labor dentro del seminario se vio interrumpida cuando el Arzobispo de Guadalajara, francisco orozco jimenez, lo disolvió a raíz de la detención de 120 clérigos.
En 1914, mientras era vicario de amatitan ayudó a una jovencita que era perseguida por el militar enrique vera, negándole que contrajera nupcias porque ya estaba casado. Esto acarreó al padre Galván la enemistad del teniente, quien se convirtió en su verdugo.
El sábado 30 de enero de 1914, se registraron en Guadalajara violentos enfrentamientos entre hueste villistas y carrancistas; los presbíteros David Galván y José María Araiza, se dispusieron a auxiliar a los moribundos y heridos. Cuando cruzaban el jardín botánico, frente al viejo Hospital de San Miguel, fueron interceptados por Enrique Vera, quien ordenó su arresto inmediato y sin juicio previo, le condenaron a la pena de muerte. Un oportuno indulto salvó la vida del Padre Araiza pero Galván no correría la misma suerte, remitido a la calle Coronel Calderón, junto a la banda del Cementerio de Belén. Frente al pelotón de fusilamiento y sin perder la entereza, la víctima distribuyó los objetos de valor que portaba. No quiso que le vendaran los ojos y frente a los encargados de ejecutarlo, se señalo serenamente el pecho para recibir las balas.En junio de 1922, sus restos fueron depositados en un templo en construcción, próximo al lugar del martirio, la actual Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en el barrio del Retiro. Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado el 21 de mayo del 2000 por el Papa juan pablo II